lunes, 24 de octubre de 2011

El dios poeta

El dios poeta

En el fondo ya sé que no hay nada
que cuando el reloj marque la hora
no habrá hacia adónde voltear los ojos,
Pero me gusta pensar, a veces,
que dios es un poeta
y que el paraíso es para nosotros,
que allí nos serán recompensadas
todas las penurias que vivimos aquí,
que será un lugar lleno de laberintos
y juegos de palabras,
que habrá gente hermosa
ahí donde ponga la mirada.
Todos entenderán las ironías
y el trabajo, ese trabajo con mayúscula,
privilegiado e importante
será el de construir (o al menos entender)
algunas metáforas…
Y habrá un pago por eso
y los poetas seremos respetados
e incluso seremos admirados,
leer será una labor importante,
a diferencia del cálculo,
la gente dedicada a esa labores
de salud, de ingeniería,
labores técnicas o administrativas
serán los que desperdician el tiempo
y se encargarán de funciones misceláneas
y, por eso, se les pagará poco,
pues su trabajo, al final, podría hacerlo cualquiera,
no es en realidad importante, ni necesario,
ni para dios, ni para nadie en este paraíso.
Nadie entiende porque dedicaron su vida a labores tan inútiles
e incluso sus padres se avergüenzan de ellos…
Ya sé que soy mezquina, pero sin dios, no hay esperanza
de ningún paraíso, y mi único consuelo es la imaginación.
Además con este poema, yo misma me condeno,
pues no tiene metáforas, si alguien quiere jugar
a abogado del diablo, le diré que el segundo y tercer versos,
más que una metáfora son un lugar común.